FRESCA C0M0 UNA LECHUGA TENEMOS ESTE CHAT DE FEISBUC CON FERNANDA ALIN COMPARTIENDO SUS FRESCAS POESÍAS*******
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17 de noviembre de 2012 a las 3:06
Esta noche quisiera redactarme el mundo... pero las palabras son escasas entre tanta luz impregnada de oscuridad.
De todos modos todavía puedo localizar algun que otro verso perdido entre mis primaveras, todavía puedo retener los momentos que formaron mi poesía y asumirlos como puntos de partida. Disculpas pido si no logro atrapar la esencia en cada una de mis palabras. Me predispongo a encontrarla.
_ Unas manos tersas y tiernas y unos ojos palidecidos sosteniendo mis murallas.
_ Un hombre llevando recuerdos en las espaldas y padeciendo un desliz de amor.
_ Los gritos insurrectos del poeta que no le teme a la barricada pero si a la noche plagada de soledad.
_ Un verso que inexplicablemente nunca tuvo final.
_ Una niña a la que le desaparecieron el presente.
_ Un joven al que asesinaron y nos dejó sin querer abrazando la revolución.
_ Un amor entre prisas.
_ Un amor enrojecido.
_ Un amor con pasado sobre todo.
Eso hasta ahora es mi poesía.
INERCIA
Encasillada en mi perplejidad, perplejidad que desencadena tus subsuelos
y desmorona mis murallas.
Ya todo transcurrió de prisa, sobre todo el innato furor de la situación.
No sepultaste demasiadas respuestas, solo lanzaste por pequeños rincones tropiezos de rebeldía.
Me urge un deseo de atacarte el corazón con palabras; tarea que me lo suele impedir tu perfecta fisonomía.
La desesperación no suele ser buena.
Ya no me inundan las salivas,
prefiero conservar el aire y no gastarlo en suspiros.
Esta vez gozaré tu libertad libertina,
esta vez... solo por inercia
EL ARMA DEL ARTE.
Sincronizando los latidos me encuentro... llenándome de preguntas que se mueren por respuestas, alternando el orden de mis palabras, llorando por aquella revolución, obnuvilada por lo feminio de vos y vos... y vos, por aquella estrella que puede encandilarnos con su humanidad, por esta divina palabra que me presta alas para escapar!
Es que el arma del arte provoca sentirse parte del espacio, ilusionarse con los ocasos, morirse en cada verso, creer que detrás de aquella pared se encuentra el sentido, vivir entre los árboles pero sin dejar nunca de palpar el suelo.
Querernos, desquerernos, asesinarnos, mutilarnos.
Nos provoca la maldita costumbre de no tener piedad para amarnos.
Pero nos agrada pisar sus huellas, tiene eso que a una la hace sentirse fuerte mas que débil; nos agrada que siempre traiga entre sus faldas a la utopía, que nos impacte con su necedad, que la lucha del tiempo siempre sea su enamorada, y en esos momentos en los que damos por perdida nuestra esencia la hayamos en la niebla.
